De todos es conocida la extremada dureza de las pruebas de enduro mtb.
Los participantes son atletas híbridos entre un ciclista de cross country y uno de down hill.
Recorrer a varias vueltas un circuito con un desnivel acumulado de hasta 3500 metros, que incluye 6 tramos de descenso cronometrado, y enlaces entre estos con tiempo límite, no está al alcance de cualquiera.
Con la llegada de pruebas específicas para eMTB (cuyo máximo exponente es EWS-E) podríamos pensar que todo es más fácil, pero nada más lejos de la realidad.
Los participantes deben jugar con 2 nuevos factores:
- Conservación de la batería
- Superar los Power Stage
Y de esto último vamos a hablar.
Un Power Stage es una subida cronometrada con un nivel técnico excepcional, donde hay puntos extra.
Evidentemente el ciclista activa el modo turbo (estamos hablando de tramos impensables para una bicicleta muscular), y debe hacer una lectura de terreno buscando la trazada más eficiente, la acción resultante implica técnicas muy próximas a la de un piloto de trial moto.
Como muestra un análisis de una sección Power Stage de la WES-E